Conduciendo hacia la libertad
(U homenaje y semblanza en honor del compacto que me llevó, me trajo y ahora se ha ido)
Mencioné en mi primera entrada, ya hace algunos meses, que me sentía mal porque una camioneta había decidido barrer el asfalto con mi auto, un accidente lamentable que por fortuna no trajo mayores consecuencias. Y es que el ser humano suele encariñarse no sólo con otras personas o seres vivos, los objetos te traen recuerdos, son cómplices de aventuras y en ocasiones son tus compañeros más íntimos cuando te encuentras solo. Eso era para mí ese auto.
Sin ánimo de hacer comercial, mi auto era un Ibiza 2011 color gris, y mi primer recuerdo de él es en la agencia donde me lo entregaron. Ha sido mi primer y único carro nuevecito y procuraba cuidarlo tanto como si fuese parte de mí. Era parte de mi personalidad y nunca me dió motivos de queja. Mi espacio, mi música, mis detalles y su impasible y españolada voz femenina que por alguna razón me generaba una gran empatía. Finalmente se presentó la oportunidad de que ese objeto se convirtiera en parte de mi vida y de mi historia.
Primero me llevó hacia mi increíble crucero. Años después decidí recorrer más de 3000 kms. con él en un mes, soportó horribles caminos de terrecería, sinuosas carreteras en la sierra y mucha mucha arena. Los retenes policíacos lo maltrataron, los baches lo golpearon pero soportó el castigo. Cuando llegué muy al sur decidí que era prudente darle un descanso y continué sin él dejándolo en una pensión. Cuando regresé por él juraría que tenía semblante de enojado.
Antes de partir tomé ciertas medidas para hacer del auto una ventaja y no una carga. A algunos viajeros les parece un pesado lastre y en algunos viajes puede ser así, pero en otras ocasiones puede darle a tu aventura un valor agregado. Te comparto los tips que aprendí y que fueron de mucha ayuda en mi experiencia personal, algunos parecerán obvios pero muchas personas los omiten, ojalá alguno te sirva y como siempre te deseo buen viaje:
Antes de partir
1.- Llévalo a servicio o inspección mecánica.
2.- Revisar los niveles de agua, aceite, líquido de frenos.
3.-Verifica el buen estado de las luces.
4.- Checa el desgaste de los frenos y los neumáticos. En estos últimos revisa la presión (siempre al nivel recomendado por el fabricante) esto no sólo evita calentamiento excesivo sino que te ahorra gasolina.
5.- Tu llanta de refacción revisada. La herramienta y señales deben estar completas y en su lugar. NO OLVIDES LOS DOCUMENTOS DE TU AUTO
En el viaje
6.- Ahorra. Viajar a altas velocidades con las ventanas abajo reduce el aerodinamismo del auto e incentiva el consumo de gasolina. Usa el aire acondicionado (comprobado por los Mythbusters)
7.- Tómate tu tiempo. Viajar a una velocidad promedio de 90-100 km/h reduce el consume de combustible. Si de pronto una pendiente se presenta, permítete reducir la velocidad unos 10 ó 15 km/h lo cual también ayuda. Algo que he aprendido en viajes estrictamente de placer es que en ocasiones se disfruta más el trayecto que el destino. Goza el paisaje. Una de la partes más bonitas de mi viaje fue ver las interminables líneas de hélices gigantes de energía eólica a lo largo del camino en la carretera de la Ventosa en el Istmo de Tehuantepec.
8.- Duerme bien antes de trayectos largos y procura hacer una parada cada 2 horas. Recuerda no tienes prisa. Me encantaba encontrar algún paradero, bajar a tomar fotos y fumarme un cigarro. Un viaje de 6 horas solía hacerlo en 8 pero, por suerte nadie me esperaba ni fiscalizaba mi récord de tiempo.
9.- De noche, lleva cerca de ti una botella de agua, baja la ventana del auto y súbele un poco a la música, misma que debe ser de tu agrado y que no sean ritmos monótonos o lentos. Esto te mantendrá despierto. Canta, canta muchísimo, por suerte el carro no te escucha así que no tengas pena. Si debes detenerte hazlo en una zona iluminada y que no se encuentre muy solitaria
10.- Aprovecha el espacio de tu auto para tener a la mano ciertas comodidades, una hielera por ejemplo, y si en algún momento es necesario descansar en el auto (lo cual no es recomendable) lleva una cómoda almohada de viajero y una frazada.
11.- Cuida tu medio de transporte. Asegúralo en estacionamientos confiables. Revisa en cada escala los niveles de seguridad y la presión de los neumáticos. Lleva de ser posible agua destilada.
12.- Finalmente, recuerda esto: Yo amaba mi auto, pero no hay nada más importante que tu vida y tu seguridad. Nunca antepongas los objetos materiales a tu integridad si es que debes por alguna mala experiencia dejarlo ir. Al final comprendí que por mucho que lo extrañe y que haya sido mi compañero de aventuras, es sólo un automóvil, algún día vendrán nuevos autos, nuevos destinos y nuevas experiencias...