viernes, 24 de mayo de 2019

Tequisquiapan y Peña de Bernal

RUTA DE QUESO, VINO Y BELLEZAS MONUMENTALES QUE DELEITAN TODOS LOS SENTIDOS


Tequis, Pueblo Mágico

VOLVÍMOS ¡¡¡ 
PORQUE SER VIAJERO ES MÁS QUE UN DESEO
ES PARTE DE LA ESENCIA MISMA DE QUIEN LO ANHELA


Hace 3 años deje de lado mi aventura de viajar y la deje a medias. Necesitaba plata y pase por un par de trabajos excelentes y medianamente bien pagados que me permitieron salir adelante a costa de simplemente dejar de viajar.


Cuestión, que poco a poco empecé a sentirme incómodo con el hecho de no poder viajar... Como antes. Y también de tener horarios de 8 ó más horas de lunes a domingo... Como antes. Y empecé a cuestionar mis verdaderas motivaciones en la vida... Como antes. Me dedique a juntar una lana, inicie recién un negocio en línea de agente de viajes que está apenas arrancando y decidí darme una nueva oportunidad. Mis 30s están en pleno y no hay edad para decidirte a recorrer el mundo. Bue, supongo que a los 20 es más sencillo pero si a los 30 lo logré, supongo que a los 40 también podré y a los 50 y a los 60 y a los 70 a lo mejor ya me estoy en paz.

Abrí mi blog decidido a quitarle las telarañas y descubrí que así como el Doc Brown en Back to the future, el blog: It's alive ¡¡¡  tengo cerca de 5500 visitas de todas partes del mundo, así que me debo la oportunidad de hacer de este espacio lo que alguna vez fue, un lugar para contar mis experiencias y motivar a otros a que viajen hasta el cansancio, es maravilloso, es la mejor decisión que podrías tomar en la vida. Decirte de nuevo que no tengo la fórmula correcta, sólo te quiero contar mi vivencia, el dinero siempre falta pero es el menor problema. Lo más importante es vencer el miedo.
Centro de Tequisquiapan

Para celebrar mi regreso decidí visitar la maravillosa ruta del vino y del queso. La zona que abarca Tequisquiapan, Peña de Bernal, las minas de ópalo y la ruta del vino y del queso es simplemente un ensueño para los sentidos. Sabores, aromas y vistas engalanadas con la gigantesca Peña de Bernal es lo que te espera. El pueblo mágico de Tequis, es pequeño y maravilloso, llenos de empedrados que te invitan a caminar por horas.

Permíteme en esta nueva etapa compartir de viva voz algunas de mis experiencias en mi canal de youtube. Creo que una imagen vale más que mil palabras. 


Antes de despedirme déjame darte algunos tips para que consideres cualquier día visitar este hermoso rinconcito de México:
- A finales de mayo inicia la Feria del vino y del Queso en Tequisquiapan
- En los meses de julio y agosto te espera "la vendimia" en las fincas vitivinícolas de la región. Finca Freixenet, La Azteca y La Redonda son las opciones para vivir experiencias dignas del Dios Baco.
- Estas fincas tienen diversos show y actividades durante el año. Noches mexicanas, de jazz, de vino y color, entre otras te están esperando
- Visita la Cava de quesos Bocanegra a degustar queso y cerveza artesanal
- Sube a la Peña de Bernal, el recorrido es corto pero la vista es impresionante
- Hay muchos paquetes de aventura en globo aerostático
- No hay muchas opciones de hospedaje en Tequis (menos en Bernal) y es más bien costoso. Mi recomendación es el hostal Pahpaqui a 10 minutos del centro de Tequisquiapan, te va a encantar, lleno de áreas verdes y colibríes.
En el Hostal Pahpaqui te esperan noches tranquilas y un buen ambiente en compañía de la naturaleza


Aquí dejo algunos links que podrían ser de utilidad:

Monumento que señala el centro geográfico de México
En Tequis encontrarás tantas queserías como tiendas de vino

Peña de Bernal. Monumental, majestuosa, melancólica

Nos vemos en el próximo destino y recuerda:
Nunca dejes de viajar, lejos o cerca, en tu ciudad, tu casa o hasta en tu imaginación...

Vino espumoso, parte de la degustación que te espera en Finca Freixenet

lunes, 6 de junio de 2016

Ciudad de México

VIAJERO INCANSABLE: 1 AÑO DE RESEÑAS, EXPERIENCIAS Y SUEÑOS


¡GRACIAS!


5 (6) VISTAS PANORÁMICAS INCREÍBLES Y UN PASEO ESPECTACULAR POR LA CIUDAD DE MÉXICO





Un conocido al ver una foto de su servidor en Paseo de la Reforma en la Ciudad de México me dijo hace como diez años "huuuuu ya conoces el DF ¡¡¡ que increíble"  (léase con tono hiper odioso y sarcástico) y pese a su absurda burla desde siempre he considerado que los lugares más maravillosos y excepcionales se encuentran a nuestro alrededor y por simple costumbre los obviamos. Hoy te invito a hacer un simple ejercicio: Cambia la perspectiva, observa tu alrededor por 5 minutos como si fueses un turista y a menos de 10 kms. de tu casa, vivas donde vivas, hallarás algo digno de ver y admirar.

Llegar y desplazarse en la Ciudad de México (CDMX) no es difícil, sin embargo ayuda tener un poco de conocimiento en sistemas y rutas de transporte público para no perder tiempo. El metro sigue siendo la manera más rápida de desplazarse y particularmente para mi último viaje la ruta iniciaba en la estación de metro "Bellas Artes", incluía una caminata de varios kms. por el Paseo de la Reforma y culminaba en el corazón del Bosque de Chapultepec.


Para todos mi amigos, conocidos, familiares y quienes tienen la amabilidad de leer mi blog os dejo una guía de los 5 (ó 6) lugares de la Ciudad de México donde podrás apreciar las mejores postales de la metrópoli más grande del mundo y como extra, si eres extranjero, unas imágenes para darte a conocer el Paseo de la Reforma. Aclaro que no todas las visitas las hice en un sólo viaje,  las primeras 2 las experimenté en otras ocasiones, pero con un fin de semana completo es suficiente para hacerlo todo. ¡Vamos!



1.- WTC Ciudad de México: Experiencia de altura para todos los sentidos


WTC de la CDMX


El antiguo Hotel de México en Avenida de los Insurgentes se ostenta como una de las edificaciones más emblemáticas y hermosas de la Ciudad, tras décadas de cambios y rediseños, fue inaugurado como WTC en la década de los 90´s y con sus 207 mts de altura es el quinto edificio más alto de México y el lugar de mayor altura para admirar el paisaje. En el piso 45 se ubica el restaurante Bellini cuya peculiaridad es que gira sobre su eje por lo que desde tu mesa puedes obtener una panorámica de 360 grados de la ciudad en aproximadamente una hora. La comida buenísima, no muy costosa, una mezcla de cocina gourmet y cocina típica mexicana que no te puedes perder. El lugar idóneo para romancear, ampliamente recomendado para admirar la ciudad de noche. Visítalo por favor no te arrepentirás http://www.bellini.com.mx/

Restaurante Bellini


2.-  Cerro del Tepeyac: Cumbre de la fe católica de México


La Basílica "nueva" junto a la Basílica de la época colonial, su hundimiento sobre el nivel del suelo es evidente 


La Basílica de Guadalupe no sólo es, por definición, el centro religioso de México, es una referencia turistica de la Ciudad y una mezcla de historia, cultura y naturaleza. Desde la "Capilla del Cerrito" que se localiza justo arriba de la Basílica original la vista de México es hermosa.

Capilla del Cerrito


3.- Torre Latinoamericana: Grandeza de la arquitectura mexicana


Torre Latinoamericana


Este majestuoso edificio en su interior alberga el mirador más alto de la ciudad (a 145 mts. de los 180 totales que tiene) así como un museo en el que podrás observar por medio de un colección maravillosa de fotografías, mapas y dibujos la forma en que la ciudad ha cambiado a lo largo de los siglos, desde la época prehispánica cuando no había más que un lago rodeado de ciénegas hasta las proyecciones que ha finales del siglo XX, varios artistas daban a lo que ellos consideraban debía ser el futuro de la torre y el centro de la capital (una versión futurista un tanto ochentera si me lo permiten)

Aquí algunas vistas de la ciudad:

Palacio de Bellas Artes
El Zócalo

Tlaltelolco y la Torre de Nonoalco

Paseo de la Reforma al anochecer


4.- Monumento a la Revolución: Elevado reclamo a la justicia social 




Edificación originalmente planeada para ser el Congreso Mexicano en épocas de Porfirio Díaz, derrocado por la misma revolución social que ahora toma esta obra como símbolo. En cada esquina de este monumento de 64 mts. de altura podrás apreciar la obra escultórica de Oliverio G. Martínez en honor (cada una) a los máximos logros sociales de México: La Independencia, las Leyes de Reforma, las Leyes Agrarias y las Leyes Obreras. La altura no es tan relevante como la simbología de este gigante citadino. Las vistas del Paseo de la Reforma desde el monumento son geniales y en su interior podrás gozar del Museo de la Revolución.

Así se tenía contemplada la obra original hace un siglo 



La Torre de PEMEX vista desde el Monumento a la Revolución



5.- Castillo de Chapultepec: Punto prominente de la naturaleza y el progreso


Castillo de Chapultepec, al fondo la Torre BBVA


Desde los nuevos rascacielos de Reforma hasta el Lago de Chapultepec, podrás apreciarlo todo si estás en los jardines del ahora Museo de Historia de México en el centro del principal pulmón de la CDMX. Dedícale un día completo a recorrer el bosque, entrar a uno de los innumerables museos de la zona, mi consejo: Museo Nacional de Antropología e Historia, conoce el Auditorio Nacional y entra al zoológico. Muchas generaciones hicieron de este su escape a la rutina y en la actualidad no existe nada mejor para un paseo nostálgico.

Bosque de Chapultepec


6.- Ángel de la Independencia: Cúspide de la historia y la alegría mexicana










Este consejo lo doy a medias porque no pude ascender los 48 mts. de la columna donde los mexicanos se reúnen a celebrar todo, desde triunfos deportivos y políticos hasta fiestas nacionales. Para subir tenía previamente que solicitar un permiso en la sede de la Delegación Cuauhtémoc, demarcación política de la ciudad que se encarga de administrar el monumento. Por cuestión de tiempo no pude hacerlo, pero quiero compartirlo con uds. porque aparte de que presumiblemente es sencillo el trámite, podría facilitarte tu visita con esta información y que no te ocurra lo mismo que a mí. Lo importante del Ángel no es la altura, que seguro se eclipsará por los edificios aledaños que ahora son mucho más elevados que el monumento, es posarte literalmente en el lugar más emblemático del México moderno. 


En una zona tan transitada, me maravilló tomar este específico instante sin un sólo vehículo en la escena


Te sugiero enfáticamente conocer la Ciudad de México empezando por esta zona tan maravillosa. En Reforma hallarás lugares incomparables, desde el ya mencionado Ángel de la Independencia, hasta la fuente de la Diana cazadora, la Estela de Luz (cuando llegues a ella ve hacia abajo) y una panorámica de los 3 edificios más altos del país reunidos en un mismo punto, la Torre Mayor, Torre BBVA y la aún no inaugurada Torre Reforma. De Chapultepec a la Alameda, El Paseo de la Reforma es sin duda un paseo sin igual.

Ángel de la Independencia

Fuente de la Diana Cazadora
Estela de Luz y las torres Mayor, Reforma y BBVA

Las mismas 4 desde otro ángulo


La vida da momentos para todo y es mi momento de priorizar aspectos económicos. NO ME CANSARÉ DE VIAJAR NUNCA pero por ahora debo pausar mis andanzas y narraciones. Mi blog ha alcanzado en 1 año, cumplido al día de hoy, a 4000 personas y he recibido visitas de más de 40 países. Si te has tomado el tiempo de leer alguna de mis crónicas GRACIAS y de corazón deseo que creas como yo que en este estilo de vida lo importante es dejarte maravillar hasta por los aspectos más ínfimos y tener un hambre de conocer nuevas personas, tradiciones y culturas que no se sacia con lo común. Pronto volveré a conectarme con éste y otros blogs que son la reseña de mi esencia como individuo, por ahora BUEN VIAJE Y RECUERDA QUE EL MUNDO NO BASTA ...


Gracias DognaKro, fotógrafa de recuerdos y cómplice de sueños


"si espero, perderé la audacia de la juventud"
          Alejandro Magno






viernes, 29 de abril de 2016

Valladolid (de paso por Yucatán parte 2)

AQUELLAS MESAS DE COLORES

 

Hablar de Valladolid en el estado de Yucatán, México es hablar de una pueblo apacible, luminoso y contrastado entre la historia, la naturaleza y la magia. Llegué agotado, aturdido por el brillo y ritmo de Cancún y necesitaba tomar bríos para continuar mi camino de regreso a casa. En un parquecito llamado de la Candelaria, a 3 cuadras del centro, encontré un hostel con el mismo nombre, empotrado en una casona vieja, con una fachada pequeña y discreta. La atmósfera era calmada, los detalles muchos, como en cualquier inmueble que arrastre décadas de recibir a cientos de personas. Libros, una guitarra colgada en la pared, cuadros, todos copias, todos descoloridos. El piso de azulejos en cuadros, típico de mediados del siglo pasado; debo reconocer que me sorprende lo vívidos que son mis recuerdos de este hermoso sitio. En la entrada bicicletas cerca del mostrador de la recepción y un poco más allá, una sala de tv aderezada con mullidos sillones tan viejos como cómodos.




 Al fondo un patio lleno de plantas que cubrían un poco el sendero, helechos bien crecidos, palmas, macetas enormes sobre jardineras de piedra, plantas descuidadas, casi salvajes. Había una cocina al aire libre, cubierta por un techo de lámina atravesado por un árbol enorme, en verdad era algo digno de verse, como en medio de la vegetación ese espacio estaba improvisado,tanto como los muebles y accesorios que podías utilizar. Las mesas de madera, por las mañanas cubiertas con manteles a cuadritos, acompañadas de sus sillas, todas pintadas de colores llamativos, rojo, azul cielo, rosa, naranja, amarillo; te invitaban a sentarte y descansar, a olvidar el exterior, para los extranjeros debe ser una alegoría de México, supongo que así lo ven, colorido, exótico, improvisado, humilde y gastado pero con un alma alegre y hospitalaria. Al fondo una hamaca en medio de dos frondosos árboles, junto a una pared de piedra y barro muy deteriorada, de escaso metro y medio que separa al hostel de la propiedad adjunta. Supuse que el resto de la pared se había ido cayendo con el paso de los años pero en verdad no era importante, fue el lugar perfecto para empezar a leer, ni bien había desempacado cuando ese rincón apartado, esa "selvita" me atrajo... No podía pedir más.




Es curioso porque ahora que lo pienso el Hostel es tan amalgamado a la naturaleza, está tan fusionado a ella como el pueblo mismo. Yo no esperaba encontrarme justo en medio del pueblo un cenote, ahí a dos cuadras del centro, como retando la obra del ser humano, rodeado de calles y casas, enorme y misterioso y a la vez prudente. No puedes irte de Valladolid sin conocer el Cenote Zací, como tampoco puedes perderte los cenotes Samula y Xquequen. Tomé rentada una bici en el hostel y recorrí breves 7 kms. para llegar a ellos. 


Cenote Zací


El Cenote Samula es considerado uno de los más bellos de Yucatán. Muy amplio, la parte superior se destacaba por tener una abertura como de 2 mts. de diámetro, justo en esa entrada había un árbol cuyas raíces llegaban al centro de las aguas del cenote. Hablo en pasado porque ya no es precisamente así. Hace 8 años durante una tormenta, un rayo alcanzó el árbol, solo quedó en su lugar un gran "tocón" y ahora las raíces no llegan hasta el agua aunque aún están ahí, parecen petrificada, suspendidas en el tiempo, sigue siendo un espectáculo natural hermoso. 



Cenote Samula


El agua es turquesa, increíblemente cristalina. En la parte baja el agua llega como a los 3 mts. de profundidad y gracias a la luz que se filtra, se puede ver el fondo sin problemas, cada detalle, cada piedra. Más allá el agua de pronto se torna oscura, es donde el cenote alcanza su máxima profundidad, 30 mts. y ahí, bueno la verdad es que incluso da miedo nadar por encima de la fosa. Los peces por cientos reciben sin temor a quien nada en el cenote, te picotean la piel y se acercan curiosos, hay peces gato negros y muy ágiles y unos pececillos llamados Dues, idénticos (si es que acaso no son) a los peces guppys tan populares en los acuarios. En los altos muros se oyen murciélagos y por la entrada aparecía y desaparecía una gran parvada muy ruidosa de aves que no pude identificar pero eran similares a golondrinas. El sonido era apabullante y a momentos y de la nada todos los animales se callaban de golpe y se "escuchaba" un silencio brutal. Pasados unos segundos de nuevo volvía el ruido. 






Ese día lo terminé comiéndome unos panuchos en el mercado y visitando la iglesia de San Gervasio y el Convento de San Bernardino, la arquitectura colonial se destaca por doquier, este lugar conserva un profundo arraigo a su historia prehispánica y colonial y se engalana por su notable proximidad con la naturaleza.


San Gervasio


Convento de San Bernardino





 Por la noche el pueblo, tan activo de día, se duerme por completo, antes de eso, como a las 8 me detuve en un restaurante de los portales a tomarme un tequila, una cervecita y una torta de Cochinita Pibil; me ofrecieron sentarme dentro del local pero amablemente decline y preferí una mesa del exterior, adornada con un par de rebozos a modo de mantel, muy coloridos. Esa mesa me sirvió para descansar, para sentir la calma de estar sólo, de viajar a placer sin preocupaciones y alegrarme el paladar con la comida regional, en este caso yucateca y mi sabroso y jaliscience tequilita, disfrute una hermosa vista de la calle; nadie me molestó y me atendieron con mucha amabilidad... Para mí, fue una alegoría de México, supongo que así lo veo.

¡Buen viaje! y recuerden que el mundo no basta. 





lunes, 18 de abril de 2016

Chapala y Tlaquepaque

JALISCO: CANCIÓN Y ALMA DE MÉXICO

Parte 2 Tlaquepaque y Chapala, contraste del alma mexicana

*Actualización del blog “Chapala, paisaje para almas enamoradas” 18 abril 2016


Tequila es aroma y sabor, pero visitar las calles de Tlaquepaque o el malecón de Chapala es una experiencia que conecta de diferentes formas con el viajero. Comida, música y cultura se mezclan para mostrarte lo más emblemático de nuestro país. Mariachis y fiesta, islas y malecones son recuerdos que cambian tu perspectiva. El occidente de nuestro país guarda maravillosos parajes que como mexicanos deberíamos experimentar por lo menos una vez en la vida…

 

 





La fiesta se perpetúa semana tras semana en Tlaque. Delante de la Parroquia de San Pedro Apóstol está el Jardín Hidalgo lleno de palmeras de dátiles y puestos ambulantes de sabroso tejuino. Color y bullicio, tiendas y bares novedosos. Galerías artesanales y restaurantes para todos los gustos se abren paso pero hoy yo quiero celebrar un poco más a la antigua y por eso me fui hacia El Parián. Dentro de sus portales hay sillones de cueros mullidos y viejos, muy cómodos; mesas con manteles a cuadritos y lámparas colgantes que te conducen a un quiosco donde cada fin de semana el mariachi ameniza las tardes mientras tomas una chabela de cerveza o una cazuelita de tequila. El tiempo ha hecho estragos en la tradición del lugar más mexicano debo admitirlo, lo típicamente dirigido a los habitantes de la región pasó a ser una mera representación de nuestra usanza para los extranjeros. Aun así, pisar este recinto te hace sentir que estás en el corazón de la mexicanidad, es algo difícil de eludir pues tenemos una enorme necesidad de expresar nuestra esencia. Tlaquepaque es México en más de un sentido. A unas cuadras de aquella estampa tan tradicional encuentras plazas, foros y avenidas, modernidad fusionada, pero su centro




 es un microuniverso dedicado a tus raíces. Más adelante, hacia el sur, me encontré con “El Abajeño” sin duda una experiencia gastronómica que recomiendo por encima de otras también excelentes y que se convirtió en un alivio a mis antojos y a la necesidad de encontrar algo merecedor de mención especial, el sitio es pintoresco por decir lo menos y amalgama todas las definiciones de Tlaquepaque.

 


}Este pueblo mágico me abruma y me fascina. Hay tanto que contar y tanto que experimentar que de seguro necesitarás más de una visita para gozarlo como merece. He ido con amigos y con familia, sólo y en compañía de mi caribeña viajera y “Tlaque” siempre mutó en el tipo de pueblo que yo necesitaba.

 



A la mañana siguiente el cuerpo demandó descanso de la verbena pero el espíritu seguía inquieto. Así que mi hermoso Chapala era la parada siguiente. Hay sitios donde entras en comunión con tu yo más interno y no sabes porque, en mi caso no hay misterio aunque si algo poco común. Chapala es para mí paisaje que alivia, ahí siento qué, como dice la canción, las almas pueden hablarse de tú con Dios. No debería existir motivo particular para tal sentimiento de cobijo y consuelo pues apenas he ido en algunas ocasiones y siempre a pasear como el más simple de los turistas, pero si algún día has dudado del dicho “la sangre llama” este es el mejor argumento que tengo para confirmar que es cierto.

 



Allá, pasando la vista que te obsequia el malecón, cerca de la orilla donde nace el sol cada mañana y juntito de Ocotlán está el bello Jamay, casi nadie habla de tan hermoso pueblo y confieso que yo mismo aún no lo conozco, pero sé que se asoma al horizonte del extenso “mar chapálico” como le llamaron los españoles. Pueblito lagunero que sin duda tiene estampas similares al mismísimo Chapala, lanchitas con redes llenas de peces, garzas posadas en las orillas del lago, cielos aborregados que se mezclan con los llanos verdes de los alrededores. De ahí era oriundo mi abuelo Don Ignacio a quien no pude conocer; con quien no tuve más vínculo que las anécdotas de mi familia. Bien, pues no puedo evitar pensar que cada vez que el lago cautiva mi mirada debe tratarse de una suerte de nostalgia heredada de aquellas vistas que en su juventud mi abuelo atesoró y amó. Un vestigio del amor por el lugar del que proviene mi apellido y un poquito mi propio ser. 

 

Chapala es apacible por naturaleza, es romántica como ninguna y en las noches lo es más, a menos que quieras probar su sabor festivo a ritmo de banda o mariachi en sus restaurantes. Es rinconcito de amor plagado de botes que te llevan a la Isla de los Alacranes, señoras amables que te invitan a comer charalitos asados con harta salsa y limón que hacen agua la boca, Chapala es aquel señor que conocí cerca del mirador del malecón, levantaba de vez en vez una cuerdita de nylon con un anzuelo. La piel tostada, el cabello blanco, manos curtidas y debajo de su sombrero de paja una mirada amable como pocas he visto. Le pregunté con ingenuidad si ya había pescado algo esa mañana y con sutil sonrisa me respondió que apenas llevaba 3 pescaditos muy chiquitos. De nuevo lo cuestioné acerca de si aquella pesca era suficiente para él y su familia y con una sabiduría que yo apenas alcanzo a comprender me respondió “ps… siempre alcanza con lo que el lago nos da joven, nomás es cuestión de ser pacientes”

Levanté la vista y miré hacia Jamay, estuve tentado a seguir ese día mi camino. Le sonreí al horizonte, “otro día” me dije a mi mismo y seguí aprendiendo de la paciencia de aquel amable anciano…



  

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